Colombia en 2002 era un país conocido a nivel internacional por el narcotráfico y los efectos negativos de la guerra y, apenas por la capacidad propositiva, organizativa y creativa de su sociedad civil. Por ello, era necesario visibilizar esa riqueza de experiencias y, sobre todo, las oportunidades de contribuir, desde Cataluña, a la construcción de la paz y el respeto a los derechos humanos.
Las I Jornadas sobre Colombia, que se celebraron en febrero, permitieron que la sociedad catalana conociera la realidad colombiana y la guerra que ha devastado al país. Las mesas de debate presentaron otra perspectiva del conflicto, evitando explícitamente la visión de los sectores armados, y alzaron la voz de diferentes grupos de la sociedad civil y sus propuestas para la construcción de paz.
Entre 2004 y 2012, la Taula desarrolló un Programa de Becas para fortalecer iniciativas civiles de paz colombianas, que propició un proceso de diplomacia ciudadana, en Cataluña y Europa, en favor de los derechos humanos y la paz. Durante nueve años, veinte mujeres colombianas, de organizaciones sociales de base y procedentes de distintas regiones del país, fueron acogidas como becarias.
El 16 de noviembre, el Parlament aprobó una importante resolución, la 304/VII, sobre la situación de los derechos humanos en Colombia y de solidaridad con el pueblo de ese país. La resolución instaba al Congreso de Colombia a establecer un marco jurídico integral para el proceso de desarme, desmovilización y reintegración de los grupos armados al margen de la ley, respetuoso con los compromisos internacionales y que reconociese plenamente los derechos de las víctimas del conflicto a la verdad, la justicia y la reparación.
En el mes de abril, se celebraron las IV Jornadas de la Taula. El valor de la tierra es un elemento central en el debate sobre las causas que explican el conflicto armado en Colombia y que ha generado expulsión y confinamiento de la población - en 2006, Colombia fue el segundo país con más desplazamiento a nivel mundial-. En este encuentro se reflexionó sobre la atención a la población desplazada, la devolución de sus tierras y la reforma agraria, en el marco del proceso de desmovilización paramilitar que estaba en marcha.
Luego de haber recorrido a pie, durante 46 días, los cerca de mil kilómetros que separan la localidad colombiana de Sandoná de Bogotá, el profesor Gustavo Moncayo llegó a Barcelona el 8 de noviembre, como parte de su gira europea. El objetivo era sumar esfuerzos para lograr un acuerdo humanitario entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, que permitiera la liberación de los rehenes secuestrados, entre ellos su hijo Pablo Emilio Moncayo, un suboficial del ejército, privado de su libertad por más de diez años. Su causa representó a miles de familias que demandaban respuestas y acciones concretas para las víctimas de la guerra..
Las VI Jornadas, celebradas en abril, ahondaron en las consecuencias del conflicto armado en la vida de las mujeres en Colombia, así como en sus experiencias colectivas de resistencia pacífica. Las mesas de debate se centraron en seis temáticas relevantes del contexto: el impacto de la ley de justicia y paz, los procesos de desplazamiento y refugio, la violencia sexual y los feminicidios, así como las estrategias de resistencia impulsadas por los colectivos de defensa de los derechos de las mujeres.
La galería de la memoria, una exposición fotográfica que se presentó en diferentes lugares de la geografía catalana, se convirtió en un espacio de reflexión sobre los procesos que han realizado las víctimas, con el objetivo de recuperar y reconstruir la memoria histórica, como elemento fundamental en la lucha contra la impunidad. La memoria es una pieza esencial de la verdad, contada con la voz de las víctimas: por aquellas personas que han sido invisibilizadas y silenciadas.
La exposición mostraba la situación de distintos colectivos victimizados (mujeres, comunidades indígenas, afrocolombianas, sindicalistas, oposición política, víctimas de minas antipersona) y las principales formas en las que se manifiesta la violencia: ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzosas, violencia sexual, entre otras..
Después de casi diez años de recorrido, la Taula lelvó a cabo una evaluación externa de sus actuaciones con el objetivo de capitalizar las experiencias y mejorar la calidad de las acciones desarrolladas.
Como resultado, la evaluación mostró que la Taula puede ser considerada como una buena práctica de cooperación catalana, y que, además, ha logrado situar el conflicto de Colombia en la agenda de la cooperación, la solidaridad y la paz de la sociedad civil y de las instituciones de Cataluña.
El informe, impulsado por la Taula y firmado por decenas de organizaciones internacionales de Europa y el Estado Español, denunció que los cambios en el discurso público del nuevo Gobierno del presidente Santos no se traducía en una mejor situación sobre los derechos humanos ni tampoco en la disminución de los altos índices de impunidad frente a las violaciones ocurridas en el país. Por el contrario, la carta hizo énfasis en que, después de 300 días de Gobierno, la situación de los derechos humanos en Colombia era crítica y que, por lo mismo, eran necesarias acciones concretas y voluntad política si realmente se querían erradicar las constantes violaciones a los derechos humanos e impulsar una verdadera política de paz.
La Resolución 732/IX del Parlament, aprobada por unanimidad, reafirmó la importancia que tiene para Cataluña un espacio amplio, plural y de concertación permanente como la Taula Catalana por la Paz y los Derechos Humanos en Colombia. Además, pidió a las instituciones catalanas reafirmar su compromiso para el apoyo político y económico de este espacio, en un año complicado, en términos económicos y de subsistencia, para la Taula.
Ante el éxito de las mesas regionales en Colombia organizadas por las Comisiones de Paz del Congreso, diferentes organizaciones europeas, que apoyan la paz y los derechos humanos en el país, se propusieron el objetivo de llevar a cabo estas actividades en Europa. Las Mesas de Paz celebradas en Barcelona, con el apoyo, entre otros, de la Taula, facilitaron un espacio de debate y propuestas para la población colombiana, migrante y exiliada. Las propuestas trabajadas en las diferentes mesas fueron presentadas en el Parlament de Catalunya a una delegación de la Comisión de Paz del Congreso colombiano.
Durante ese año varios representantes de organizaciones indígenas, afrocolombianas y campesinas realizaron diferentes giras de incidencia en Cataluña, en las que solicitaron al Parlament que interviniera ante el Gobierno colombiano para exigir garantías para la vida de las personas defensoras de derechos humanos y, apoyo al proceso de paz, iniciado entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP.
Como resultado, se aprobaron dos Resoluciones en el Parlament de Catalunya, la 735/X y la 790/X, de respaldo a las negociaciones y apoyo a las comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas.
En el mes de junio, la Taula compareció ante el Parlament de Catalunya para presentar el informe “Asedio a las comunidades. Los impactos de una empresa catalana, Grupo TCB, en Buenaventura”, junto con el entonces obispo de Buenaventura y un representante de la Comisión de Paz del Senado colombiano. El informe denunció los impactos negativos que una empresa con sede en Barcelona genera en las comunidades negras de la ciudad de Buenaventura, departamento del Valle del Cauca. La comparecencia fue complementada por las III Jornadas,Qué marca Barcelona? Inversiones catalanas en el exterior: El caso de Buenaventura, Colombia, en las que participaron lideresas del Proceso de Comunidades Negras. El caso de Buenaventura impulsa el nacimiento del Grupo catalán de Empresas y Derechos Humanos.
A finales de septiembre se llevaron a cabo diversas actividades con el objetivo de apoyar la ratificación del Acuerdo de Paz en Colombia. El evento más importante y multitudinario fue el festival artístico “Hacia una Colombia en paz”, en el que intervinieron más de un centenar de artistas y representantes institucionales y sociales de Colombia y Cataluña.
El 28 de junio, el Parlament de Catalunya aprobó una declaración institucional para manifestar su apoyo a los líderes y lideresas sociales en su labor por la defensa de los derechos humanos, y solicitó al Gobierno colombiano proteger de manera efectiva su labor en todo el territorio nacional.
Esta Resolución se adoptó en el marco de las XV Jornadas que trataron sobre los mecanismos y medidas que se pueden implementar desde la comunidad internacional, para ayudar a la protección de defensoras y defensores de derechos humanos en Colombia.
La implementación del Acuerdo de Paz con enfoque de género fue el tema central de las XVI Jornadas, en las que participaron mujeres lideresas, defensoras de derechos humanos del ámbito político, jurídico y académico, periodistas y diversos colectivos feministas de Colombia. Ponentes y asistentes reflexionaron sobre la justicia transicional desde la perspectiva feminista, así como de los retos para la construcción de una paz que incluya también a las mujeres de los territorios.
Las XVII Jornadas sobre Colombia se celebraron en el mes de noviembre, en el marco de la semana Defensem!, organizada junto con otras entidades catalanas que trabajan en defensa de los derechos humanos. El evento, inaugurado en el Parlament y que contó con la participación de más de una decena de representantes de organizaciones colombianas, giró en torno a la violencia que enfrentan las personas defensoras en el continente americano y sus respuestas de autoprotección colectivas e individuales.
Durante el mes de marzo, con el objetivo de visibilizar el exilio colombiano organizado alrededor del Nodo catalán de la Comisión de la Verdad – CEV - y consolidar su reconocimiento desde las instituciones catalanas, el comisionado Carlos Martín Beristain realizó una gira de incidencia y se reunió con las principales instituciones de Cataluña. En esta visita se abrió también un espacio de diálogo público en donde las víctimas del conflicto armado, residentes en Cataluña, conversaron con el comisionado.
La Taula celebra veinte años de vida y experiencias. Constituye un caso único en el marco catalán, español e internacional, ya que no existen iniciativas similares que hayan tenido el grado de aceptación, seguimiento e incidencia que ha tenido la Taula.